Por si quedaban dudas de que la superioridad técnica, táctica, física e histórica del Internacional de Porto Alegre sobre las jóvenes Chivas de Guadalajara es clara, el equipo brasileño remontó una desventaja de un gol para despachar a sus rivales mexicanos con marcador de 3-2 (5-3 en el global).
En medio de un final violento (una triste constante en los escenarios americanos), el Inter justificó en el campo su título de campeón de América con goles de alta factura de Sobis, Leandro y Giuliano. Guadalajara, entretanto, no pudo generar ocasiones de peligro por méritos propios, más allá del primer gol.
Tanto Omar Bravo como Adolfo Bautista tuvieron partidos discretos, mientras que la inoperancia en ataque de las Chivas no le generó espacios a Omar Arellano, por lo que la velocidad de éste quedó totalmente anulada.
Los brasileños, sabiéndose campeones con el 0-0, no atacaron con mucha insistencia en las primeras de cambio. Sin embargo, al recibir el gol de Marco Fabián (una sensacional media tijera), los papeles se invirtieron, con los dirigidos por Celso Roth buscando las bandas con el rapidísimo extremo derecho Taison, de gran partido, Nei y Kleber, este último lateral izquierdo y autor de la asistencia del gol del empate.
El punto de inflexión lo representó el segundo gol de los rojos, de Leandro, en una contra fugaz, y a partir de allí fue solo trámite. Roth le dio entrada a Giuliano, centrocampista que gusta de tener la pelota y proponer la construcción de paredes, armas idóneas para aprovechar los espacios dejados por unas Chivas volcadas al ataque.
Así, el Inter de Porto Alegre alzó su segunda copa Libertadores, con un juego menos claro que en el partido de ida en México, pero con mucha capacidad de resolución.
¡Qué bien!, me encantó la forma en que lo has resumido, y las expresiones sencillas pero ilustrativas que utilizaste para reflejar el desarrollo y resultado,¡felicidades!
ResponderEliminarBesos! muuuacks!